Gracias por no llegar.
Necesitaba sostener los trozos de mi corazón,
la última vez,
antes de soltar mi último suspiro,
con tu nombre.
Gracias por no sonreir.
Necesitaba pasar al menos una noche
sin pensar en tu sonrisa
y añorando que tus lagrimas supieran a mí.
Gracias por no intentarlo.
Necesitaba entender que,
no solo porque deseas,
incluso desde los huesos,
sucede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario